La flor que quería ser Margarita
VOZ EN OFF: (hombre o mujer, con voz atractiva)
Margarita quería ser flor. Rosa le
dijo que algún día lo sería. La clave a la cuestión estaba en el florecer del
tiempo.
Un buen día, en medio de una pradera verde;
adornada con flores amarillas y rosas; a Margarita
la semilla le brotó un tallito de color verde frescor.
MARGARITA:
-
Me siento romper. ¿Acaso estoy
muriendo?
NATURALEZA:
-
Estás despertando a la vida.
VOZ EN OFF:
Dijo Naturaleza,
soltando apunte de sabiduría.
MARGARITA:
-
Pero me siento como si muriera;
ya no soy semilla...
Yo quería
ser flor. No sé si mi amor por mi ciega pasión, llegará a su debida posición.
TIEMPO:
-
Estás en plena evolución.
Paciencia, aguarda al cambio. No estás muriendo, estás dando el paso a la vida.
VOZ EN OFF:
Replicó, Tiempo,
con tono de pausa.
MARGARITA:
-
¿Cuándo llegará mi momento de
Vida?
AGUA:
-
Cuando sufras la delicia del
balance contrastado entre la estación del agua y la sequía. Así crecerás al
ritmo, junto con los ciclos de las estaciones.– Chispeó Agua, al tiempo que Cántaro
de Lluvia caía.
VOZ EN OFF:
Al poco
tiempo, vino Soplido de Viento y,
consigo, se llevó a Margarita.
SOPLIDO DE VIENTO:
-
Te llevaré a un mejor lugar donde
puedas brotar con tus futuras amigas. Todas llevaréis el mismo nombre, seréis
portadoras del mismo color, formaréis parte de la misma familia.
VOZ EN OFF:
Juntos, surcaron los cielos. Eran de un azul, asombrosamente,
claro y puro. Para Margarita,
acariciar el cielo despejado, mientras iba envuelta en la protección Soplido de Viento, resultó ser una de
las experiencias más placenteras de su viaje, en su proceso de crecimiento. Otros
días, en cambio, Cielo, cuando peleaba
con Agua, entre ellos estallaba de su
fuerza: Tormenta y Cántaro de Lluvia, respectivamente.
Peleaban entre sí, manifestándose deslumbradores rayos, estruendosos truenos y
empapantes duchas de agua hasta que hacían las paces y Cielo volvía a sonreír, volviendo a ser “azul despejado”; y Agua, estancaba hasta evaporarse cuando volvía
a tener sed de pelea.
Entonces, Soplido de viento,
llevando a Margarita a su lugar de
destino, volvía a la calma; y casi sin aliento dijo:
SOPLIDO DE
VIENTO:
-
Aquí te dejo Margarita. Has pasado buenos y malos momentos. Conoces todas las
partes de la historia; gracias al dejar actuar libremente de Naturaleza; has
sido tocada por su sabiduría. Ahora, sabrás realmente cuál es tu verdadero
destino, tu proceso de crecimiento. Aquí, vivirás siendo flor. Pero, ¡cuidado!
¡No te marchites! Acepta aquello que Naturaleza
te mande, ella te lo dará todo para crecer; pero has de seleccionar.
VOZ EN OFF:
Soplido de Viento dejó caer a
Margarita en la cima de una montaña y
allí, juntos se enterraron entre la tierra húmeda y removida; donde Soplido de Viento, permaneció a buen
descanso, esperando volver a reanudar su viaje hasta haber recuperado fuerzas. Margarita,
comenzaría a brotar hasta florecer. Cuando hubo florecido, pudo abrir los ojos
y, al fin, ver con claridad y apreciar los detalles, conscientemente, de
aquello que realmente la envolvía en su verdadero entorno.
La cima de la montaña estaba repleta de otras
tantas margaritas, como ella; blancas, como ella; y asimismo ellas todas portadoras
del mismo color. Y allí se sintió arropada entre familia con sus amigas, las
otras margaritas. Ese fue el momento en el que floreció a la vida y nunca más
volvería a cuestionarse sobre la
dirección de su destino; asimismo durante su viaje comprendió los ciclos de la
vida.
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