sábado, 14 de marzo de 2015

Matrioska

¿Qué tiene la poesía de especial? La lees y no te deja indiferente. Cuando las palabras de un poema son recitadas en voz alta, es como si cada palabra estuviese acariciando suavemente tu percepción. Escuchas cada palabra caminar con su propia cadencia; y una vez te metes en el mensaje, tus ojos lentamente parpadean magia. Sólo elegancia se combina con palabras que riman. Nunca se escatima en fantasía que inspire alegrías, tragedias o melancolías. La indiferencia aleja a la audiencia del sabor exquisito de la sutil belleza que las palabras guardan como un misterio encerrado en un baúl para las ocasiones especiales. No siempre se entienden los motivos ni los significados. Pero se sabe que el poeta no ha jugado al ahorcado; si no sus palabras hubieran perdido su vuelo dorado.

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